La directora ejecutiva de West Marin Community Services, Socorro Romo, ha anunciado su retiro de la organización sin fines de lucro después de 18 años con el grupo.

Durante su mandato, la Sra. Romo ayudó a la organización a abordar conversaciones difíciles sobre la discriminación, las condiciones de vivienda inhumanas, las represalias, los desalojos y las amenazas de las autoridades de inmigración.

Sin embargo, la respuesta de la organización sin fines de lucro a la pandemia de Covid-19 fue su logro más destacado, dijo.

El grupo asumió un papel de liderazgo regional al tiempo que proporcionaba recursos a aquellos que luchaban con la incertidumbre. A medida que la fuerza laboral nacional lidiaba con los despidos, la organización sin fines de lucro retuvo a la mayoría de sus empleados, expandiendo su personal de lo que una vez fue un puñado de empleados a más de 20. El grupo asumió dos programas nuevos, un centro juvenil y un equipo de resiliencia comunitaria.

La Sra. Romo comenzó su carrera en la organización como asistente de secretaria a principios de los años 2000 y regresó de nuevo como gerente de proyectos después de trabajar como asistente de aula y defensora de la familia en la Escuela West Marin. Fue nombrada directora ejecutiva en 2018. Completando siete años de estar dirigiendo el barco, se va a retirar para pasar más tiempo con su familia y sus nietos.

«Me entra como tristeza, pero es más paz, porque yo creo que yo di a esta organización 18 años de mi vida», dijo. «Yo di todo lo que yo pude a esta organización y esta comunidad y me siento en paz porque lo di con amor».

La Sra. Romo pasó sus primeros 21 años en Jalostotitlán antes de dirigirse sola al norte en 1980. Nacida quinta en una familia de 12, aprendió los valores del trabajo mientras llevaba a cabo sus tareas diarias. En su ciudad natal, el nivel más alto de educación era una escuela secundaria privada, aunque la Sra. Romo dejó la escuela después del sexto grado debido al costo. En busca del sueño americano, terminó en West Marin, donde se reunió con dos hermanos que trabajaban en los ranchos lecheros de Point Reyes.

Decidida a mantener a su madre y a una hermana que se había enfermado, ella tomó un trabajo de barajar ostras para Johnson’s Oyster Company. Abrir centenares de ostras al día no era para los débiles de corazón, pero la Sra. Romo perseveró. Se casó con su esposo, José, en 1983, y criaron a tres hijos en un rancho.

Trabajando como ama de casas, la Sra. Romo limpió casas cargando su hijo menor a lado hasta que comenzó a aprender inglés. El apoyo que recibió de mentores, amigos y empleadores la llevó a seguir un G.E.D. y, en última instancia, una carrera en el servicio público.

«Yo siento que he recibido más de lo que yo he contribuido, porque he tenido mucho apoyo de la comunidad», dijo a La Luz en lunes, abrumada por sus emociones. Dijo que figuras clave en su vida la impulsaron a esforzarse por más. A su vez, ella trató de devolver el favor.

Carlos Porrata, el presidente de la junta de West Marin Community Services, enfatizó lo monumental que era tener a alguien como la Sra. Romo liderar la organización. Desde trabajar y vivir en ranchos hasta dirigir una organización sin fines de lucro con un presupuesto de más de $1 millón, su historia de éxito es una inspiración.

«Ella es un ejemplo perfecto de un inmigrante que llega y es exitosa hasta el punto de llegar a liderar una organización», dijo.

Los logros de la Sra. Romo también son reconocidos afuera de su comunidad. Este mes, se convirtió en una de las tres residentes de West Marin que serán honradas en el Salón de la Fama de las Mujeres de Marin, y su historia es una de las dos historias orales de residentes latinos entre más de 200 llevadas a cabo por la Biblioteca Gratuita del Condado de Marin.

A medida que West Marin Community Services celebra su 25 aniversario, la organización está iniciando una nueva era de crecimiento mientras trabaja para expandir sus programas. La Sra. Romo espera haber inspirado a la próxima generación de líderes.

«Tú eres líder. Yo soy líder. Innatos, por naturaleza», dijo a La Luz. «Nosotros somos líderes de alguien».

 

Romo to leave WMCS helm

West Marin Community Service’s executive director, Socorro Romo, has announced her retirement from the nonprofit after 18 years with the group.

During her tenure, Ms. Romo helped the organization tackle difficult conversations around discrimination, inhumane housing conditions, retaliation, evictions and immigration authority threats. 

Yet it was the nonprofit’s response to the Covid-19 pandemic that stands out as her most prominent accomplishment, she said. 

The group took on a regional leadership role while providing resources to those struggling with uncertainty. As the national workforce grappled with layoffs, the nonprofit retained most of its employees, expanding its staff from what was once a handful of employees to more than 20. The group took on two new programs, a youth center and a community resilience team. 

Ms. Romo began her career with the organization as a clerk assistant in the early 2000s and returned again as a project manager after working as a classroom aide and family advocate at West Marin School. She was appointed as the executive director in 2018. After seven years steering the ship, she is stepping down to spend more time with family, namely her grandchildren.

“I feel sad, but it’s more peace, because I believe that I gave this organization 18 years of my life,” she said. “I gave everything I could to this organization and this community, and I feel at peace because I gave it with love.”

Ms. Romo spent her first 21 years in Jalostotitlán before heading north alone in 1980. Born fifth in a family of 12, she learned the values of hard work while carrying out her daily chores. In her hometown, the highest level of education was a private middle school, though Ms. Romo left school after sixth grade due to the cost. In search of the American dream, she wound up in West Marin, where she reunited with two siblings who were working on Point Reyes dairy ranches. 

Determined to support her mother and a sister who had fallen ill, she took a job shucking oysters for Johnson’s Oyster Company. Prying open hundreds of rugged-shelled oysters a day was not for the faint of heart, but Ms. Romo persevered. She married her husband, José, in 1983, and they raised three children on a ranch. 

Working as a housekeeper, Ms. Romo cleaned homes with her youngest child on her hip until she began to learn English. The encouragement and support she received from mentors, friends and employers led her to pursue a G.E.D. and ultimately a career in public service. 

“I feel that the community supported me more than I could have ever supported them,” she told the Light on Monday, her emotions swelling. She said key figures in her life pushed her to strive for more. In turn, she tried to pay it forward.

Carlos Porrata, the board chair of West Marin Community Services, emphasized how monumental it was to have someone like Ms. Romo lead the organization. From working and living on ranches to directing a nonprofit with a budget of over $1 million, her success story is an inspiration. 

“She’s a perfect example of an immigrant coming in and being successful to the point of getting to lead an organization,” he said.

Ms. Romo’s accomplishments are recognized beyond her community. This month, she became one of just three West Marin residents to be honored in the Marin Women’s Hall of Fame, and her story is one of just two oral histories of Latino residents among over 200 conducted by the Marin County Free Library. 

As West Marin Community Services celebrates its 25th anniversary, the organization is ushering in a new era of growth as it works to expand its programs. Ms. Romo hopes to have inspired the next generation of leaders. 

“You are a leader. I am a leader—innately, by nature,” she told the Light. “We are someone’s leaders.”