West Marin Senior Services está expandiendo sus esfuerzos de divulgación para ser más inclusivo de los hispanohablantes en la comunidad, promoviendo sus servicios ambo en inglés como en español, y agregando traducción y apoyo de idiomas.

«Solo queremos asegurarnos de que las personas en nuestra comunidad que hablan español, para quienes el inglés es un segundo idioma, entiendan que los servicios están disponibles para ellos y que no hay exposición si temen las interacciones gubernamentales», dijo Skip Schwartz, director ejecutivo de la organización.

La organización sin fines de lucro en Point Reyes Station ofrece entrega de comida a su domicilio, gerentes de cuidado que visitan a su domicilio, cuidado en casa para pacientes derivados, transporte para citas médicas, y clases y eventos como almuerzo para adultos mayores, una tradición de 25 años que recientemente regresó al Dance Palace como evento mensual. Aparte de algunas clases, sus servicios se ofrecen de forma gratuita para los residentes calificados en West Marin.

El personal de la organización dice que ahora está trabajando para superar las barreras culturales, incluyendo estigmas asociados con el acceso a programas de beneficios sociales, que pueden impedir que los inmigrantes y otros residentes latinos obtengan su apoyo, dijo el Sr. Schwartz.

El grupo no recopila información personal y no requiere ninguna prueba de ciudadanía, números de seguro social o documentación formal. Para inscribirse en los servicios, los residentes deben tener 60 años o más y proporcionar un nombre, fecha de nacimiento, información de contacto y dirección postal. Estos registros no se digitalizan, y los archivos están encerrados.

Actualmente, los latinos aprovechan el programa de préstamos para equipos médicos de la organización, que ofrece dispositivos gratuitos como bastones, muletas y caminadores de forma temporal. La organización espera ver a más miembros de la comunidad latina acceder a servicios adicionales.

Mauricio Torres-Benavides, coordinador de desarrollo y especialista bilingüe de W.M.S.S., enfatizó la necesidad de discutir las implicaciones culturales de buscar cuidado y servicios dentro de la comunidad latina.

Los hispanohablantes que ya no pueden trabajar a menudo se mudan para su jubilación, buscando pasar sus últimos años en su tierra natal. Además, se espera que las generaciones más jóvenes en toda Latinoamérica cuiden a sus mayores. Salir de la familia en busca de ayuda puede considerarse un acto vergonzoso que desafía la tradición cultural y las normas sociales.

«Esto es algo que se necesita sacar al aire libre porque hay una base cultural que la familia es cuidada por la familia, y no es la responsabilidad de otra persona. Es de la familia», dijo.

Sin embargo, convertirse en el gerente de cuidado primaria de un familiar puede ser una tarea desalentadora para aquellos que no están familiarizados con el papel que requiere mucho tiempo. Como cualquier trabajo a tiempo completo, puede ser agotador. Cualquiera que haya tenido que cuidar a un familiar confinado en casa se da cuenta rápidamente de esto, dijo el Sr. Torres-Benavides.

Con frecuencia, el cuidado es proporcionada por varias personas, dijo. «Dentro de las familias latinas, hay un sentido de que no son solo las responsabilidades de las hijas y los hijos», dijo. «Es la comunidad de toda la familia»: Tías y tíos, sobrinas y sobrinos y primos.

Las expectativas de cuidado familiar pueden vincular un sentido de culpa y vergüenza a la idea de solicitar apoyo de proveedores de servicios externos. Marcando al Sr. Torres-Benavides por teléfono para obtener apoyo en español puede equivaler a romper una regla no escrita en las culturas latinoamericanas.

Las familias que califican para recibir servicios de apoyo gratuitos también pueden restringirse debido al estigma de recibir beneficios sociales. Esto es algo que también experimentan otros proveedores de servicios de West Marin.

«En general, puede haber una aprensión a recibir servicios porque puede ser visto como una debilidad», dijo Sarah Thorp, gerente del centro de recursos de West Marin Community Services. «Hay este estigma de recibir servicios, como si estar en dificultades fuera vergonzoso».

Tales sentimientos se exacerban en áreas con enormes desigualdades de riqueza como el condado de Marin, por lo que existe la necesidad de deconstruir las percepciones públicas de los programas de asistencia social, dijo la Sra. Thorp.

El clima político actual complica aún más la distribución de servicios de apoyo, ya que el miedo se surgía sobre los programas de asistencia social, lo que lleva a la gente a creer que inscribirse en cualquier tipo de asistencia atraerá la atención no deseada, especialmente de las autoridades de inmigración. Pero las organizaciones de servicios sociales en West Marin no son agencias gubernamentales, y por eso toda su información se mantiene confidencial para garantizar la seguridad de la comunidad.

Aunque puede ser tradición cuidar a los ancianos en la familia, el Sr. Schwartz cree que puede llegar un momento en que el joven cuidador necesite un descanso, y que es erróneo asumir que todos siempre tienen a alguien que los cuide.

«Puede ser que hay otras personas que estén excluidas, y las culturas cambian», dijo.

Para obtener más información sobre el cuidado y los servicios ofrecidos por West Marin Senior Services, llame a Mauricio Torres-Benavides al (415) 663.8148 ext. 104.

 

Senior services invites Latino participation

West Marin Senior Services is expanding its outreach efforts to be more inclusive of Spanish-speakers in the community, promoting its services in both English and Spanish and adding language support and translation. 

“We just want to make sure that the people in our community who are Spanish speaking, for whom English is a second language, understand that the services are available for them and that there is no exposure if they are fearful of government interactions,” said Skip Schwartz, the organization’s executive director.

The Point Reyes Station nonprofit offers home-delivered meals, care-manager home visits, home-care referrals, transportation for medical appointments, and classes and events such as senior lunch, a 25-year-old tradition that recently returned to the Dance Palace as a monthly event. Other than some classes, its services are offered free of charge for qualifying residents in West Marin.

Staff at the organization say they are now working to overcome cultural barriers, including stigmas associated with accessing social benefit programs, that may prevent immigrants and other Latino residents from engaging their support, Mr. Schwartz said. 

The group does not collect personal information and does not require any proof of citizenship, social security numbers or formal documentation. To sign up for services, residents need to be 60 years or older and provide a name, date of birth, contact information and mailing address. These records are not digitized, and they are filed away under lock and key.

Currently, Latinos take advantage of the organization’s medical equipment loan program, which offers free devices like canes, crutches and walkers on a temporary basis. The organization hopes to see more Latino community members access additional services.

Mauricio Torres-Benavides, the development coordinator and bilingual specialist at W.M.S.S., emphasized the need to discuss the cultural implications of seeking out care and services within the Latino community.

Spanish-speakers who can no longer work often move away for their retirement, looking to spend their sunset years back in their motherland. Additionally, younger generations across Latin America are expected to care for their elders. Going outside of the family to seek assistance can be viewed as an embarrassing act that defies cultural tradition and social norms.

“This is something that needs to be brought out into the open because there is a cultural underpinning that family gets taken care of by family, and it’s not someone else’s responsibility. It’s the family’s,” he said.

Yet becoming a relative’s primary care manager can be a daunting task for those who are not familiar with the time-intensive role. Like any full-time job, it can be exhausting. Anyone who has ever had to care for a homebound relative quickly realizes this, Mr. Torres-Benavides said. 

Care is often provided by multiple people, he said. “Within Latino families, there is a sense that it’s not just the daughters’ and sons’ responsibilities,” he said. “It’s the entire family’s community”—aunts and uncles, nieces and nephews, and cousins.  

Expectations of familial care can tie a sense of guilt and embarrassment to the idea of requesting support from outside service providers. Picking up the phone to call Mr. Torres-Benavides for support in Spanish can amount to breaking an unwritten rule in Latin American cultures.

Families who qualify for free support services may also restrict themselves due to the stigma of receiving social benefits. This is something that other West Marin service providers experience, too.

“In general, there can be an apprehension to receiving services because it can be viewed as weakness,” said Sarah Thorp, the resource center manager at West Marin Community Services. “There’s this stigma of receiving services, as if being in hardship is shameful.”

Such sentiments are exacerbated in areas with massive wealth inequalities like Marin County, so there is a need to deconstruct public perceptions of social welfare programs, Ms. Thorp said. 

Today’s political climate further complicates the distribution of support services, as fear looms over social welfare programs, leading people to believe that signing up for any sort of assistance will attract unwanted attention, especially from immigration authorities. But West Marin’s social service organizations are non-governmental agencies, so all their information is kept confidential to ensure the safety of the community.

Although it may be tradition to care for the elders in the family, Mr. Schwartz believes there may come a time when the young caregiver needs a break, and that it is wrong to assume that everyone always has someone to take care of them.

“There may be other people that are being left out, and cultures change,” he said. 

To learn more about the care and services offered by West Marin Senior Services, call Mauricio Torres-Benavides at (415) 663.8148 ext. 104.