Al llegar a este país, algo sabía sobre eso que llamaban Día de Acción de Gracias, una celebración extraña parecida a Navidad, según aprendí en México en algunas series televisivas y películas gringas, donde a veces mostraban a gente teniendo una gran comida en la que destacaba un pavo completo. No era claro si era una festividad religiosa o nacional, pues recuerdo haber oído noticias de que el presidente había perdonado la vida a un pavo. Una idea rara y exótica para mí, entonces.
Recién llegado a Marín pude experimentar de primera mano esta celebración. La víspera de Thanksgiving acompañé a mis dos roommates a comprar un gran pavo y muchas viandas más. Al otro día temprano, metieron el pavo al horno y luego estuvieron preparando diversas cosas y postres que yo desconocía. Me pusieron a cortar varios ingredientes y horas después llegaron a la casa numerosos amigos de ambas. Me dijeron que podía yo invitar a los míos también.
A pesar de que pregunté a cuanto gringo pude sobre el origen y razón de la celebración, nadie pudo explicarme nada claro. Sólo que era una fiesta tradicional que celebraban en familia o entre amigos, si la familia estaba lejos, y que era la más importante. Por ser a media tarde, no fue ni almuerzo ni cena y yo tuve que “dar gracias” y cortar el pavo en rebanadas, pues era “el hombre de la casa”, compartida con dos gringas. Al final, el pavo alcanzó para todos y hasta sobró para el almuerzo de varios días.
Luego pude entender porqué me dijeron que era la celebración más importante. Al no ser explícitamente religiosa ni patriótica no excluye a ningún grupo étnico o religioso y, además, por sus características familiares y comunitarias, es fácilmente adoptada por los inmigrantes que llegan al país. Además, hay agencias que regalan pavos o comida a familias o personas pobres y organizaciones comunitarias o de caridad que invitan a comer a quienes no tengan con quién o dónde celebrar el día, incluidos muchos latinos.
Aunque el origen es antiguo y tiene que ver con la celebración de la cosecha otoñal y en algunos países hay un día para agradecer, la celebración del Día de Acción de Gracias o Thanksgiving en Estados Unidos y Canadá parece originarse con los peregrinos miembros de la iglesia separatista inglesa que desembarcaron del barco Mayflower en diciembre de 1620 en Plymouth Rock, junto con otros colonos.
Inicialmente pasaron penurias y perdieron a 46 de sus 102 miembros originales, pero al año siguiente obtuvieron una gran cosecha, la que decidieron celebrar junto con 91 indios que los habían ayudado a sobrevivir ese año difícil, aunque la fiesta no fue como la que conocemos hoy. No fue sino hasta junio de 1676 cuando se decretó en Massachussets un día oficial de Thanksgiving, pero que ya sin indios.
Las 13 colonias lo celebraron juntas por única vez en 1777, y George Washington lo declaró día nacional en 1789, pero como hubo oposición de algunas colonias al no sentirse representadas por los peregrinos originales, fue hasta 1863 cuando Lincoln proclamó el último jueves de noviembre como día nacional de Acción de Gracias. Esto tras la insistencia de 40 años de Sarah Josepha Hale, quien escribió sobre el tema en su revista Boston Ladies’ Magazine y luego en el libro Godey’s Lady’s.
Pero, durante algún tiempo las tradiciones para la celebración variaron entre las diferentes regiones y estados del país, así como si el último jueves de noviembre era el cuarto o el quinto, pues a veces ese mes tiene cinco jueves. Poco a poco se fue igualando la costumbre, hasta llegar a lo que hoy conocemos. Es la mayor celebración tradicional nacional y familiar de Estados Unidos, como lo muestra al ser el día del año en que más gente viaja, para pasarlo con su familia. Hay además desfiles, juegos de futbol americano y basquetbol y otras celebraciones.
Estas características únicas hacen que el Thanksgiving norteamericano no pueda replicarse en ningún otro país, a pesar de la enorme influencia que Estados Unidos ejerce en todo el mundo, haciendo que sus costumbres y tradiciones como las navideñas y de año nuevo sean adoptadas cada vez más en muchos países, o más recientemente la fiesta del Halloween, y muchas otras cosas más, incluyendo modas y estilos musicales, artísticos y de vida de todo tipo.
Los latinos establecidos aquí, en general, han adoptado gustosos la fiesta del Día de Acción de Gracias, quizá por ser familiar y parecer estar ligada a motivos religiosos. Conozco familias latinas que lo celebran, aun sin saber exactamente por qué. Me han dicho que es un día para dar gracias a Dios o que en su pueblo también lo hacían, seguramente confundiéndolo. Muchos le han agregado sus tradiciones religiosas y culinarias; así, rezan y luego comen tamales, tacos, mole y muchas delicias más. ¡Feliz Día de Acción de Gracias a todos!
Victor Reyes is a translator, teacher, writer and native of Puebla, Mexico. An English language version of this column will appear in an upcoming edition.